La despedida

Normalmente, cuando vivimos una experiencia con nuestros amigos que desde el mismo principio nos genera grandes momentos como de felicidad, alegría, diversión, pequeñas discusiones o desacuerdos que finalmente solucionamos, en un futuro nos acordaremos con una sonrisa en el rostro al recordar todo ello. Pero lamentablemente esto no es así siempre. ¿Cuál es el principal peligro de que algo así nos suceda? Holo lo sabía muy bien. Ella quería que todos los buenos recuerdos que tenía con Lawrence quedaran en ello, en buenos recuerdos. Sabía que, si seguía viajando con él, llegaría el momento en el que su viaje se tornaría en algo menos emocionante y más rutinario.

Holo empezó preguntándole a Lawrence como era la ciudad a la que se estaban dirigiendo. Con una pregunta tras otra, Lawrence empezó a contarle a Holo sobre las poquísimas veces que había pasado por allí. Sobre que ruta seguiría, qué es lo que haría, qué compraría y donde lo vendería. Holo haciendo más preguntas, conversaba con Lawrence sobre ‘la ruta de oro’; aquel camino que todo comerciante aspira a recorrer, no siendo Lawrence la excepción. Holo viajaba junto a Lawrence en su imaginación, por todos los lugares que Lawrence le contaba. Hasta que Lawrence, mientras continuaba narrando su imaginaria trayectoria rumbo a recorrer aquella ruta de oro junto a Holo, se detuvo. Había llegado el momento en donde tendrían que volver a llegar a la ciudad portuaria, los grandes campos de trigo, Pasloe, el lugar donde conoció a Holo, haciendo que el círculo se cerrara.

Una vez, aunque sin palabras, decidieron cambiar de tema, continuaron viendo los papeles que tenían de la compañía Jean. Mientras Lawrence está sumido en sus pensamientos por la posibilidad de que esta compañía esté acuñando monedas ilegalmente, Holo libera su enojo con Lawrence. Por más que tratara de pensar en que había hecho para enojar a Holo, no podía.

Tras la llegada de un jinete que conversó con Ragusa, este le comunicó a Lawrence que tendrían que ir caminando si querían llegar a tiempo. Más adelante, rio abajo, una embarcación se había hundido ¿Casualidad? Ragusa le cuenta que la compañía Jean le confía algunos cofres para transportar monedas. Además, que sería un deshonor como navegante dejar que una doncella caminara en medio de tal frio. Lawrence está en el puerto dispuesto a empezar su solitario camino a pie hasta su destino. Al voltear, ve a una Holo ya acostada tapada con su manda. Es cuando Lawrence se da cuenta que hay más de una forma de discutir. 

Difícilmente veo una historia de ellos separados, pero a pesar de saber cual es la más posible continuación de la historia, estas partes es de las que más duele. Vemos a un Lawrence que no cae en la típica de saber todo lo que siente Holo, sino que, desde el primero volumen, el autor ha sabido darle y mantener una personalidad única a cada uno. Quizá no es una comedia romántica, pero un romance mínimo habrá por aquí. Sin duda, una novela ligera muy recomendable. Nunca me cansaré de decirlo.

Mientras Lawrence le contaba sobre la ciudad a la que llegarían,
mencionó que aquella ciudad era famosa por sus artesanías en ámbar.
"Es savia de árbol que se ha endurecido bajo tierra, y se parece a una joya. Es
algo así como... ah, sí. En realidad se parece un poco como a tus ojos."

Redacción: MaximuS